COVID-19. En Comunicación y Marketing Turístico, el Día Después Fue Antes de Ayer

COVID-19. En Comunicación y Marketing Turístico, el Día Después Fue Antes de Ayer

 

Al tiempo que muchas de las dimensiones que componen la operación de un producto turístico están siendo abordadas pensando en “el día después” del episodio COVID-19, los profesionales de la comunicación estratégica aplicada al turismo visten remeras con esta leyenda: el día después fue antes de ayer.

Ocurrió el día después de instaurado el aislamiento social, preventivo y obligatorio, combinado con la suspensión de vuelos y cierres de fronteras. Inmediato.

Este enfoque ha sido muy tenido en cuenta por los principales actores de la actividad turística nacional, tanto prestadores como intermediarios de oferta y demanda, que desde el minuto uno del día después (que fue antes de ayer) avanzan a paso firme en un mar de bravas corrientes que golpean a sus barcos al través de ambas bandas: la supervivencia de sus empresas y la perspectiva del desarrollo futuro.

Quizás por la capacidad de flexibilidad y adaptabilidad que esta actividad conlleva por definición – y que sus músicos ejecutan con hidalguía la partitura en cada rincón de nuestro país cada determinado período, producto de crisis ambientales, naturales, económicas, entre otras – es que los integrantes de esta relevante actividad económica comprendieron rápidamente que en la perspectiva comunicacional y promocional, el día después fue antes de ayer.

Al igual que en su permanente búsqueda de nuevos productos, en su vocación de interpretar la demanda y crear experiencias que contribuyan con el desarrollo socioeconómico sustentable de las comunidades anfitrionas, el turismo ya transitó velozmente el día después – que fue antes de ayer – y pone proa hacia un horizonte que comienza a ser detectado detrás de la densa niebla que se presentó en la ruta de viaje.

Y en este sentido, la anticipación, la preparación, y el tiempo de pre-producción resultan una ventaja competitiva al momento de ejecutar estrategias de comunicación y promoción tendientes a fortalecer el posicionamiento de la oferta, encontrando la tensión justa de aquella cuerda que hace vibrar a la demanda y retomar ciertos contextos de “normalidad”.

A partir de esta conceptualización que ubica al tan mentado día después en antes de ayer (comunicacional y promocionalmente hablando), se torna natural asumir que este tiempo que nos toca transitar es para el sector del turismo, y para el de naturaleza en particular, un período de oro si lo proyectamos en la singladura que empezó a navegar a mediados de marzo en términos efectivos, y ya durante enero y febrero en términos de previsión, a partir de las informaciones y datos que surgían desde la cadena de intermediación y prestaciones a nivel mundial.

Que el turismo “de” naturaleza, “en” la naturaleza, el ecoturismo y el turismo aventura serán segmentos que profundizarán su creciente demanda, y representarán los escenarios más amigables para la práctica del turismo puede ser tanto una afirmación de muy probable concreción, como también una expresión de deseos si además de enfocarnos en el QUE, los esfuerzos no se reorientan hacia el QUIÉN y al CÓMO.

Es en el CÓMO y en el QUIÉN, además del clásico QUÉ, donde los turistas pondrán especial atención al momento de decidir el modo en el que transitarán su próximo viaje y es en esas dimensiones donde el sector del turismo de naturaleza comenzó a trabajar en el día después, que fue antes de ayer. 

¿Cómo será mi experiencia? ¿Será segura? ¿Será confiable? ¿Encontraré medidas que me permitan inferir que no corro riesgos extraordinarios de contagio? ¿Cómo me relacionaré con el entorno? ¿Cómo me traslado? Vectores que cobrarán protagonismo en la arquitectura comunicacional y promocional del producto, del destino turístico, del atractivo.

¿Quién o quiénes serán los que me acompañen en mis servicios contratados? ¿Son confiables? ¿Cuál es su reputación? ¿Cuál es su relación con el destino turístico? ¿Desarrollan actividades sustentables? Muchas de estas respuestas pueden encontrarse en el rol y desempeño que prestadores y agencias están teniendo para con sus clientes y pasajeros, en este preciso momento.

En aquellos que – si tuvieron la fortuna de pertenecer al grupo de los que no quedaron en el camino – comprendieron rápidamente que en materia comunicacional, el día después fue antes de ayer, y que no es ninguno de los días por venir.

Hoy mismo, aún cuando la actividad se encuentra frenada en términos de movimiento turístico en la mayoría del territorio nacional, variables de reputación y consistencia empresarial entran en juego.

En esta contingencia sanitaria, el foco en comunicación estratégica es trabajo esencial para la salud promocional y reputacional de las pequeñas y medianas empresas turísticas, no pertenece a grupos de riesgo, ni atenúa sus efectos detrás de un barbijo.

Asumir que el día después fue antes de ayer y actuar en consecuencia resulta un paso estratégico comunicacional, de cara a un futuro que ya asoma.

(*) Eduardo Ceccotti
Comunicación estratégica aplicada al turismo. Fundador de Pluma en Foco, Soluciones de Comunicación Inteligente. Primer Director Nacional de Uso Público de Parques Nacionales de Argentina. Ex Director de Comunicación de la Cámara Argentina de Turismo. Asesor institucional.
www.plumaenfoco.com.ar